Aaron Hawks es un artista estadounidense que actualmente vive en Brooklyn, Nueva York. Sus influencias: el movimiento surrealista francés, el cine negro de género de Hollywood y la música de Seattle de la década de 1990. Estas modelos son mujeres, únicas, que él quiso escenificar sin que ellas se viciaran por todo el sistema del modelaje y los medios. Bellezas simples y comunes. Sus musas se mueven en un universo fuera de lo común y eróticamente fetichista que conduce al mundo junto con ellas. Son más que fotografías, son narraciones vivas que cuentan su propia historia, y la del fotógrafo.

 

Hay una tensión sexual, en un ambiente oscuro, alimentada por la soledad. Es el voyeurista y el exhibicionista. Las mujeres evolucionan en el mundo del burlesque. Va más allá de lo consciente, rechaza el onirismo, entre el mesmerismo y la hipnosis como en una película de Murnau.

 

Su fotografía emana una refinada tensión erótica, quirúrgicamente diseccionada con un bisturí vitriólico. En Aaron, la escenografía es fetichista, estrafalaria, poco convencional y exacerbada. Su obra, aunque inquietante, revela cualidades estéticas, un profundo sentido de la puesta en escena. El universo está fuera de control, pero nunca enfermizo.

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