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RETRATO

Ya no necesitamos presentar a Erwin Olaf (esto es lo que vamos a hacer), sin embargo, uno de los más grandes fotógrafos contemporáneos, una influencia universal en el mundo de la fotografía, un precursor en el mundo del arte. Erwin Olaf es ante todo un disruptor, un provocador, que se toma con el pie izquierdo los dictados de la publicidad y la moda. Un estilo asertivo y controlado que sacudirá tabúes, provocará el mercado del arte, entusiasmará a los anunciantes y se impondrá como alternativa al ideal de belleza, a los cánones estéticos contemporáneos, regidos por la prensa y la publicidad. Lo bello se estremece, la contracultura se apodera de la moda, gracias a herramientas contundentes e incisivas, a la pornografía, a la vulgaridad, a la burla. El dominio del tema y la calidad de la interpretación son totales, la puesta en escena precisa, intensa... Erwin Olaf vive desde principios de los 80 en Ámsterdam, donde trabaja en su estudio, un lugar a imagen del personaje. , habilitado en un antiguo salón parroquial. 

Después de estudiar periodismo en Utrecht, Países Bajos, se dedicó a la fotografía de moda y la publicidad. En 1988, combinando fotografía de estudio y fotoperiodismo, recibió el primer premio en el concurso Young European Photographer y su carrera despegó. Poco a poco, introduce el color y la manipulación digital, mientras explora las nuevas posibilidades que ofrecen el cine y el vídeo. Tras algunas exposiciones destacadas, desarrolló proyectos comerciales con marcas de renombre que luego criticaría, en el año 2000 con su serie Fashion Victim: modelos desnudas, a veces con las extremidades erguidas, a veces con los muslos abiertos, el rostro cubierto por bolsas con el logo y nombre de las principales marcas de lujo. El mismo año, Erwin Olaf, etiquetado como fotógrafo provocador, se inspiró en sus noches locas en Paradiso, un templo del rock en Ámsterdam, y produjo las dos series pobladas de payasos terroríficos, Paradise the Club y Paradise Portraits, que lo harían famoso. Al mismo tiempo, Olaf se dedica a un trabajo más personal: cuestiones de clase, raza, orientación sexual, creencias... Tras su serie Hope, Chagrin, Autumn, Twilight donde Erwin evoca cuestiones relacionadas con las especificidades de cada sexo, con la sensualidad, humor, desesperación y gracia, crea Hotel (2010) en la que explora la sutil gama de emociones con tendencia melancólica, en habitaciones de hotel que recuerdan a los años 50. Con el tiempo, Erwin Olaf se ha consolidado como un fotógrafo mordaz e intenso, cuyos trabajos, en ocasiones motivo de polémica, siempre han sido aclamados unánimemente por la crítica.

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